Conoce las diferencias

Hemos escuchado muchas veces el concepto de que la neumonía es una gripe “mal cuidada”, pero la realidad es que no es que la gripe se convierta en neumonía, sino que algunas personas que contraen la gripe pueden desarrollar complicaciones, como la entrada de una bacteria que deriva en una neumonía, las cuales pueden llegar a ser graves o incluso potencialmente mortales.

La gripe es una enfermedad infecciosa del aparato respiratorio producida por el virus de la influenza. La neumonía, entre tanto, es una infección, de uno o los dos pulmones, causada por muchos gérmenes, como bacterias, hongos o virus, por lo tanto, hay diferentes tipos de neumonía, dependiendo de su causa.

La neumonía ocurre cuando los sacos de aire, o alvéolos, de los pulmones se llenan de líquido o pus. Eso hace que sea más difícil respirar y obtener suficiente oxígeno. Sin tratamiento, los niveles de oxígeno pueden caer a niveles potencialmente mortales.

Si bien la neumonía no es contagiosa, los gérmenes que la causan sí lo son. Por ejemplo, si es causada por un virus, puede convertirse fácilmente en una neumonía bacteriana, lo cual puede ser bastante grave. El agente infeccioso que la provoca se disemina rápidamente en el aire, por medio de estornudos, tos y mucosidad; un paciente que ha padecido neumonía puede quedar con secuelas de esta en su organismo por mucho tiempo. Y, si esto pasa, puede contagiar a personas más propensas a contraerla, como aquellas con gripa, asma u otras enfermedades del aparato respiratorio. Y es especialmente de alto riesgo para las personas de edad avanzada, mujeres embarazadas, niños menores de 5 años y los inmunodeprimidos.

Muchos de los síntomas de la neumonía son muy similares a los de la gripe. Por ello, pueden llegar a confundirse y, más aún, si la neumonía es causada por un virus, pues sus síntomas al principio serán como los de la gripe: tos seca, fiebre, dolor de cabeza, fatiga, falta de apetito y dolor muscular. Pero luego la tos y la respiración empeorarán, y la fiebre aumentará. Es posible que tengas un dolor agudo en el pecho y que tus labios se tornen azulados. Por lo tanto, la mejor manera de verificar que realmente es una neumonía y no una gripa, es consultando a tu médico.

Prevención

Como la neumonía a menudo se deriva por la complicación de la gripe, la mejor prevención es la vacunación anual contra la gripe. Un estudio publicado en The Journal of the American Medical Association determinó que los pacientes con neumonía por complicaciones de la gripe generalmente no recibieron la vacuna contra esta última. Adicionalmente, sigue también estas precauciones:

  • Lávate las manos regularmente.
  • Cubre tu boca y nariz con tu brazo cuando tosas o estornudes (no con las manos) o usa un pañuelo de papel.
  • Evita tocarte los ojos, la nariz y la boca con las manos.
  • Limpia las perillas de las puertas, tu celular y otros objetos que tocas con frecuencia en tu hogar y el trabajo.