Todos queremos llevar una vida plena, sin dolencias ni enfermedades, y hoy, gracias a internet, tenemos acceso a gran cantidad de información acerca de los beneficios y la importancia de consumir ciertos alimentos. En efecto, cada día la nutrición adquiere más importancia no sólo para el cuidado de nuestra figura sino para prevenir enfermedades, aliviar la depresión, aumentar la esperanza de vida e incluso en cosmética, para nutrir nuestro cabello o uñas. Bien lo decía Thomas Alva Edison: “El médico del futuro no tratará el cuerpo humano con medicamentos, sino más bien curará y prevendrá la enfermedad con alimentos”. Los estudios nos demuestran que los alimentos tienen el poder de curar, evitar dolencias y gran cantidad de enfermedades.


Cuidar lo que comemos en el siglo XXI va más allá de asumir una dieta, y se ha convertido en un estilo de vida, una nueva forma de vivir que te envuelve en sus múltiples beneficios y que día tras día atrae a más adeptos. Se trata en realidad de informarnos y ser más selectivos con lo que nos llevamos a la boca. Porque no se trata de dejar de comer; se trata en cambio de aprender a comer; porque el asunto no es eliminar alimentos; es más bien aprender a combinar los grupos de alimentos en las cantidades adecuadas, para vivir en bienestar y a plenitud sin olvidar ningún nutriente.


Por otro lado, un desequilibrio por excesos en nuestra alimentación nos lleva a la obesidad y al sobrepeso, que hoy en día son conocidos como ‘malnutrición por exceso’ y se han convertido en un problema de salud pública; a tal grado ha llegado la afectación en el mundo, que incluso en países en vía de desarrollo este problema coexiste con la desnutrición. Los estudios demuestran que la obesidad es uno de los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de la mayoría de gravísimas enfermedades crónicas no transmisibles del adulto, que forman parte de las principales causas de muerte e incapacidad en el mundo. Cuando hablamos de ‘enfermedades crónicas no transmisibles del adulto’ nos referimos al conjunto de enfermedades que se desarrollan por malos hábitos de alimentación y por falta de actividad física, como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer, colesterol o triglicéridos altos en sangre, entre otras; estas enfermedades son de larga duración y evolución lenta y pueden llevar a complicaciones incapacitantes que pueden alterar la calidad de vida; de allí la importancia de mantener una buena nutrición. Tu salud está en tus manos, así que elige alimentos de calidad y consúmelos en una cantidad correcta, en este blog encontraras tips y recomendaciones para mantener a tu familia en la ruta de una vida saludable.



Loncheras saludables


Sabemos que una alimentación sana y equilibrada es la base para un crecimiento adecuado y para evitar enfermedades. Así pues, ¿qué mejor que enseñar desde pequeños a nuestros niños a comer saludablemente? Conviene planificar entonces ‘loncheras saludables’ para asumir los estudios con energía y salud. La lonchera escolar o merienda matutina es un complemento de la alimentación de nuestros niños, que debe proveerles de suficiente energía y nutrientes para realizar sus actividades diarias en la escuela. Esta provisión corresponde aproximadamente el 15 % del total de los requerimientos nutricionales del niño. Es importante señalar que la lonchera escolar no debe sustituir el desayuno, sino que es su complemento. Una lonchera saludable debe incluir:


Alimentos que aporten energía. A este grupo pertenecen los carbohidratos o harinas, como pan, galletas, panqueques, arepa, cereales, tubérculos; además deben aparecer las grasas saludables, contenidas en frutos secos (p. ej.: maní, almendras), aguacate, aceite de oliva o de canola.


Formadores. A este grupo pertenecen las proteínas que ayudan a formar los músculos y tejidos de nuestros niños para que crezcan de manera adecuada. En el grupo están: huevos, leche, queso, yogur, kumis, pollo, carne, jamón, cerdo, entre otros.


Alimentos reguladores. Son aquellos ricos en vitaminas y minerales que ayudan a aprovechar los nutrientes y la energía de los alimentos. Principalmente son vegetales y frutas.


Hidratantes. Principalmente agua. La lonchera siempre debe contener agua, aun cuando incluyamos algún jugo de fruta natural.


En cuanto a aquellos alimentos que debemos evitar:


Evitar frituras en exceso y salsas que requieran refrigeración, como la mayonesa.


No se deben enviar galguerías, chucherías o paquetes, ya que la mayoría contienen excesos de azúcar y de sal.


Bebidas carbonatadas, artificiales, con colorantes, aditivos y muy azucaradas.


Alimentos con alto contenido de sal.


Alimentos que no sean del agrado del niño, ya que es muy probable que así no consuma el alimento que le envías.


En caso de que el niño sea alérgico o intolerante a algún alimento, evitarlo y avisar a los profesores y a la institución.


Evitar enviar alimentos duros y pequeños, como el maní, que pueden causar asfixia en los niños muy pequeños.


Algunas recomendaciones para el momento de preparar la lonchera:


Planificar un menú semanal o quincenal de las loncheras, que incluya las opciones de frutas o verduras que estén en cosecha, ya que esto nos ayuda a ahorrar gastos y a mantenernos en la ruta de un estilo de vida saludable.


Hacer participar a tu hijo en la selección de los alimentos para la lonchera, pues así estarás enseñándole a elegir alimentos saludables.


Ten en cuenta que la lonchera debe ser lavable, antiderrames para los líquidos, y que tiene que mantener la temperatura de los alimentos.


La merienda no debe ir en el morral junto con los útiles. En caso de no tener lonchera, colócala en una bolsa, de preferencia de cierre, para evitar derrames.