Alrededor del mundo, las mujeres de países como España, Portugal e Inglaterra están usando las copas menstruales como uno de los sistemas de cuidado higiénico empleados durante su período menstrual; sin embargo, en países como Colombia su uso aún no está tan popularizado, quizás, por la falta de información que existe acerca de este método.
La copa menstrual es un recipiente de silicona médica o TPE (elastómetro termoplástico), como su nombre lo indica, en forma de copa, que se introduce en el interior de la vagina (igual que un tampón) durante la menstruación, el cual se adapta a las paredes vaginales para recoger todo el flujo en su interior. De acuerdo con sus fabricantes, este es un método seguro e indoloro, además de reutilizable, ecológico y cómodo, para recoger la sangre que baja del útero de la mujer.
Entre las ventajas que ofrece, frente a los métodos tradicionales de cuidado higiénico menstrual (toallas, tampones), está el que su uso es ilimitado, ya que se puede quitar y poner tantas veces como quieras. Puedes llevar la copa hasta 12 horas en el interior de tu cuerpo sin preocuparte (dependiendo de la cantidad de flujo que tengas) y utilizarla diariamente durante todo tu ciclo menstrual. Después de ello, solo tienes que esterilizarla con agua hirviendo y guardarla en su bolsita de algodón hasta tu siguiente menstruación, lo cual hace de este método el más económico y ecológico, pues se te reducirán tus gastos por la compra mensual de toallas sanitarias o tampones.
¿Es este método seguro y confiable?
De acuerdo con el estudio Menstrual cup use, leakage, acceptability, safety, and availability: a systematic review and meta-analysis (Uso de la copa menstrual, fuga, aceptabilidad, seguridad y disponibilidad: una revisión sistemática y un metaanálisis), publicado en la revista The Lancet en 2019,
Y destaca que “se debe proporcionar más información sobre las copas menstruales en los materiales educativos sobre la pubertad. Los creadores de programas de salud pueden considerar este producto como una opción en los planes de salud menstrual”. No obstante, aclara que se necesitan más estudios sobre la rentabilidad y el efecto ambiental que comparen este método con diferentes productos menstruales.
Este es un sistema cuyo uso no se ha extendido mucho debido a que probablemente se tiene cierta aprehensión por la falta de conocimiento al respecto. Adicionalmente, uno de sus inconvenientes era el material con el que se fabricaba anteriormente, el látex, que causaba alergia o irritación e incomodidad a algunas mujeres; sin embargo, ahora se produce en silicona médica, que es un material biosaludable, es decir, no provoca irritación, ni alergias y no supone un riesgo para la salud.