La falta de sueño o insomnio puede afectar tu rutina diaria y el desempeño en tus labores debido a que te sentirás fatigado, irritable, e incapaz de funcionar en el día. Si bien el insomnio puede presentarse de manera temporal, en algunas personas puede convertirse en un problema a largo plazo, con sus respectivas consecuencias para la salud: riesgos de obesidad, presión arterial alta, enfermedades cardíacas y diabetes.
¿Cómo lidiar con ello?
Por lo general, para los casos de insomnio temporal recurrimos a tomar productos farmacéuticos que promueven el sueño; pero, como cualquier medicamento, este puede tener efectos secundarios para la salud: como estreñimiento, dolor de cabeza o muscular, fatiga y mareos. Por ello, es mejor, en lo posible, recurrir a soluciones naturales, tales como:
Toma el sol:
la melatonina es una hormona que interviene en el ciclo natural del sueño. Tu cuerpo la produce durante la noche. Su producción comienza hacia los 3 meses de edad, pero sus niveles bajan considerablemente (10%) cuando se alcanza la edad aproximada de 70 años. Quizás, por ello, los adultos tienen mayores dificultades para conciliar el sueño.
Existen suplementos de melatonina que te ayudarán a dormir mejor, pero una forma natural de obtenerla es a través del sol. Este es esencial para ayudarte a lograr un sueño reparador por la noche debido a que tu cuerpo depende de la luz natural para establecer si bombea hormonas energizantes que te hagan sentir relajado y con sueño, como la melatonina.
Maneja tu estrés:
controlarlo puede marcar una diferencia para lograr un sueño más profundo y reparador. Para ello, una de las soluciones es practicar yoga, la cual te ayudará a mantenerte ágil y a lidiar con el estrés. Otra forma de relajarse y conseguir un sueño rápido es utilizar juegos mentales, como crear imágenes guiadas: mientras estés acostado, imagínate en un lugar tranquilo y relajante. Con el tiempo, esta imagen se convertirá en una especie de señal para tu cerebro de que es hora de dormir.
Queso y almendras: ricos en triptófano, un aminoácido que se necesita para producir el neurotransmisor serotonina, que tu cuerpo necesita para sentirse relajado y con sueño.
Peces ricos en omega-3 (salmón, atún, sardinas): según un estudio británico publicado en el Journal of Sleep Research, dormirás mejor si tu cuerpo tiene niveles adecuados del ácido graso omega-3 DHA.
Cerezas: son la única fuente comestible de la hormona del sueño (melatonina). Beber dos vasos de jugo de cereza al día ayudó a las personas con insomnio a dormir durante 90 minutos más, según un estudio publicado en el Journal of the Federation of American Societies for Experimental Biology.
· Evita utilizar tu celular antes de acostarte:
la luz azul emitida por este deja tu cerebro acelerado, en lugar de estar relajado y listo para dormir.